La épica defensa de tesis de un cuy en los Andes

El encuentro con el lobo

En las alturas de los Andes peruanos, vivía un cuy brillante y curioso. Su pasión por el conocimiento lo había llevado al umbral de un logro extraordinario: la culminación de su doctorado.

Una mañana, mientras buscaba hierbas, el cuy se encontró con un lobo de páramo hambriento. Con ojos brillantes, el lobo exclamó: "¡Qué suerte! Un suculento cuy para mi almuerzo". A pesar de su miedo, el cuy se mantuvo sereno. El cuy respondió: "Estimado lobo, antes de comerme, permíteme contarte sobre mi tesis doctoral. Es el fruto de años de arduo estudio".

Intrigado, el lobo preguntó: "¿Una tesis doctoral? ¿De qué trata tu investigación, pequeño bocado?". El cuy con orgullo respondió: "Mi tesis se titula 'La superioridad adaptativa de los cuyes sobre lobos y zorros andinos'". El lobo soltó una carcajada burlona. "¡Qué idea más ridícula! Te comeré ahora mismo y haré un favor a la ciencia".

"¡Espera!", suplicó el cuy. "Si dudas de mi trabajo, te propongo algo. Lee mi tesis en mi madriguera. Si no te convence, me entregaré a ti voluntariamente". La curiosidad del lobo venció a su hambre. "Está bien, pequeño académico. Muéstrame esta tesis tuya". Así, el lobo siguió al cuy hasta su madriguera, ingreso en ella, pero nunca más fue visto.

El desafío del zorro

Semanas después, mientras recolectaba datos de campo, el cuy se encontró cara a cara con un zorro andino. El depredador se preparó para atacar. "Vaya, hoy cenaré picante de cuy", gruñó el zorro, con una voz amenazante. El cuy, recordando su experiencia previa, mantuvo la calma y dijo: "Noble zorro, antes de comerme, ¿me permitirías compartir los resultados de mi investigación?".

Sorprendido por la audacia del cuy, el zorro se detuvo y replicó: "Habla, pequeña presa. Has despertado mi curiosidad". El cuy replico: "Estoy a punto de defender mi tesis doctoral. Revolucionaré nuestra comprensión de la ecología andina", explicó el cuy con entusiasmo.

"¿Y de qué trata esta obra maestra?", preguntó el zorro con sarcasmo. El cuy repitió el título de su tesis: "La superioridad adaptativa de los cuyes sobre lobos y zorros andinos". El zorro soltó una carcajada que resonó por las montañas. "¡Pequeño iluso! Tu arrogancia supera tu tamaño", se burló el zorro.

El cuy propuso el mismo trato que al lobo. Motivado por su astucia, el zorro aceptó leer la tesis en la madriguera del roedor. Al igual que el lobo, el zorro entró en la madriguera y nunca más se le volvió a ver.

La revelación

Finalmente, llegó el día de la defensa. El cuy emergió victorioso, con su título en mano y el respeto de la comunidad académica. Celebrando su logro, se encontró con su amigo el conejo. "¡Felicidades, doctor cuy!", exclamó el conejo. "¿Puedo leer tu famosa tesis?". El cuy respondió: "Por supuesto, acompáñame a mi madriguera".

Al entrar, el conejo quedó paralizado de asombro. Huesos de zorros y lobos yacían esparcidos por el suelo. Pero lo que vio después la dejó sin aliento. En un rincón, recostado majestuosamente, se encontraba un imponente puma. Sus ojos dorados brillaban con sabiduría y poder.

El cuy sonrió y presentó: "Te presento a mi asesor de tesis, el doctor Puma". El conejo comprendió la verdadera lección detrás del éxito de su amigo.

Moraleja: El asesor adecuado puede marcar la diferencia entre ser presa del miedo o dueño de tu destino

Este cuento ha sido adaptado de la presentación de William T. Freeman (mit.edu).